lunes, 4 de marzo de 2013

Anarquía de tinta


Anarquía de tinta
y los bolígrafos como locomotoras
por los raíles de un folio,
como corre por mis venas el veneno
de todo arte que pasó censura.

Que no haya límite en la dimensión de las estructuras.
Mis cefaleas no son más que bombillas verdes de la naturaleza;
que como pingüinos se lanzan al agua las palabras.

Anarquía de tinta en las paredes solitarias,
en las servilletas de un bar,
que regalen poesía en los recibos,
que nadie diga nunca “te quiero”,
que no diga “te odio”,
que cada sentimiento es un poema,
que no existe la alegría, ni el amor, ni la tristeza,
sino una explosión indómita de tinta
para cada minuto,
y la libertad de contar lo que nos plazca.

Anarquía de tinta, camaradas.

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