domingo, 28 de abril de 2013

16. Piedras


Las piedras que dificultan el camino
se convierten en preciosas
bien escuadradas en un templo,
pero pierden la magia cuando abundan.
Y cuando abundan los colores
todo parece gris,
esa mota de mezcla de acuarela
que cayó en mi pierna,
ahora es de color mierda.

Las piedras me persiguen
y me alejan.

Cuando abunda la alegría
empalagan las sonrisas,
y millones de pájaros del paraíso
de gargantas de limón y miel
aturden los tímpanos de quienes buscan la calma.
Abundan las maravillas
y se convierten en rutina,
las piedras son sólo lisas paredes.

Por esto parece
que lo raro es lo sencillo,
y unos ojos de barrocos precipicios
no conmueven al poeta.
Y las piedras sólo obstruyen mis arterias.

Y por esto triunfan los imbéciles
que ofrecen lo de siempre,
porque abunda la originalidad.
Porque lo inteligente
es reinventar gilipolleces
y repetirlas por siempre,
y cuando cambies
            te criticarán por no saber quién eres.

Si las piedras hablaran…

miércoles, 17 de abril de 2013

15. Reanimación


Cabalgando con el viento a favor
me cuelgo de los pelos de mis sueños.
Enamorándome de las caricias
de mis sábanas solitarias,
vaciándome con los besos empapados de vino.
Olvidando que aún tengo espinas
clavadas en el culo,
salgo deslizándome por la puerta grande.

Cabalgando sobre un congelador de titanio,
hacia la costa de un mar bohemio,
para dejarme arrastrar por sus mareas.
Mordiéndome las manos
para no darle un tortazo
a la ignorancia disfrazada con ropa de marca.

Cabalgando sobre mi sombra,
apoyándome en mí,
confiando en mis dados de doce lados.
Me ducho cada minuto
con el ácido sulfúrico de la paciencia,
para no encomendarme a la ciencia barata
de un vaso de agua.
Si he de ahogarme,
que sea en una botella medio llena.

domingo, 14 de abril de 2013

14. Ruido


Ruido, ruido, ruido.
Vocerío de humanos discutiendo de lo otros quieren.

Ruido político,
interferencias que no me dejan mirar la vida,
y la televisión es un amplificador desafinado.

Después de tanto ruido
he decidido encender el extractor
y quedarme en silencio con mi alter ego,
pero él también hace ruido.
Y discuto con él,
y nos peleamos por la última miga de pan,
por un grano de arena,
y caemos enzarzados rodando por la ladera
sangrando por las zarzas que pusimos.

Ruido de idiotas,
que se han creído que el mundo es lo que oyen,
y no se atreven a despegarse el amplificador de las orejas,
y pretenden que no me lo despegue,
y me tachan de utópico,
… interferencias.

Interferencias en el ruido
            de las antenas de quien maneja el tiempo,
y que le pusieron ruido a mi reloj,
para que no me olvide de que soy preso del segundero,
y que tengo que soltar el bolígrafo
para proseguir con mis obligaciones
y así contribuir a crear más ruido.

miércoles, 3 de abril de 2013

12. Esos deseos


Esos deseos que me ciegan
y sólo los veo a ellos.
Esas legañas de los ojos verdes,
y las ojeras del insomnio.
Esas ganas de que me empujen contra el suelo,
y me coman a besos la inocencia.
Esa delincuencia de mis pensamientos,
y la violencia de mis pasos.
Esta cara desencajada,
esta cara manchada de descuido
y subrayada de tinta de vicios.
Toda mi ropa desordenada por colores,
que se arruga cuando ruedo por mis sueños.
Este pelo desigual de fosca silueta,
de las greñas que se enredan
en las fosas de las etiquetas.
Estas etiquetas que me cuelgan,
            los que no saben de saber,
esas puertas que me cierran.

Esos deseos que me ciegan,
que después me cansaré de ellos.
Esa carita que se esconde,
su sonrisa que florece,
y sus ojitos que marchitan.
Ese sol que no sale de fiesta
y va de colega.
Esa luna que desnuda su ternura
y desata mis mareas.
Aquella estrella… que se apaga,
la que llega y no me enciende.
Mis tornillos y mis tuercas,
que no encajan en mis huecos.
Los bofetones que no he dado,
y todos los que me dieron.
La botella medio llena de mierda,
y ese vaso escaso de optimismo.
Esos bandoleros de apariencia
que asaltan mis diligencias…
            todo aquello que se disfraza de miedo
y pretende joderme,
pero sabe más el diablo por hijoputa que por anciano.

lunes, 1 de abril de 2013

11. Lejos


Olvidando que la miel
ha de ser recolectada.
Lejos de la savia de las ramas de mi nido
inyecto en las nalgas del camino mi veneno.
Lejos de mi cuerpo.
Lejos de los hachazos que me di en la espalda,
remiendo los agujeros de mi cara
con el hilo de la soledad acompañada.
Lejos del espejo que me extraña
lejos de mis vicios me conozco por dentro
olvidando que las flores
darán su polen pronto.
Mi aguijón afilo en silencio
para vomitar carcajadas
            en la cara de aquel que dijo que es de pega.
Lejos de vuestras miradas
de vuestros olfatos y vuestro tacto,
sigo escuchando vuestras voces,
y no me gusta
pensar que pasado mañana volveré a estar lejos.