domingo, 16 de marzo de 2014

27. Apariencias

Y las apariencias han devorado
todo aquello que hemos ido construyendo con las manos.

Las palabras se disfrazan de eufemismos,
y los príncipes azules se disfrazan de soldados.

Las etiquetas sólo sirven para mutilar el intelecto
de todos aquellos que no pudieron disfrazarse de sí mismos.

La mentira se disfraza de política,
y las apariencias se disfrazan de amor eterno,
como de amor eterno se disfraza el miedo.

¿Verdad?
La verdad sólo ha sabido disfrazarse de una apariencia sospechosa,
y nadie se fía de ella.

Evidentemente,
la mentira se disfraza de verdad,
porque tiene miedo de dar la cara
y el miedo se disfraza de valentía irracional
y sólo recibe bofetadas a mano abierta.

¿Miedo?
No se teme al dolor ni a la muerte en los colegios,
se teme perder un prestigio,
perder una imagen,
perder un bollycao.

La violencia se disfraza de justicia,
los celos se disfrazan de justicia,
la venganza, el odio,
el jodido honor,
todos se disfrazan de justicia.

¿Justicia?
La justicia es una partida de ajedrez en tablas
entre la libertad y el derecho a la vida.
Pero la vida está en jaque desde que se nace,
y la libertad no ha nacido aún en esta esfera.

La libertad es el disfraz más usado por el dinero,
y el dinero implica necesariamente opresión.
Y la opresión no es un hombre remando encadenado.

La opresión camina entre nosotros
disfrazada de reloj, de televisor, de teléfono móvil,
de casa, de coche, niños y un perro precioso que juega en el jardín,
de tienda de animales, de parroquia, de movimiento político,
de nicotina, bares, güisqui, sexo,
de anillos, de promesas, de amor,
de pieles, joyas, hipotecas, créditos, cheques en blanco,
de dinero negro, dinero sucio, dinero fácil,
de dinero, de dinero, de dinero, de dinero,

Y la libertad es un feto dentro del cráneo de cada uno,

            y no lleva disfraz.

martes, 11 de marzo de 2014

26. Aborto psicológico

La sombra de mi mano
esculpiendo una pistola de arena
y la sirena del camión de la basura
proyectando un plagio del fuego.
Que el cemento está celoso.

La selva me llama con un grito desgarrado
            de las cuerdas rurales
            de la garganta de su rivera,
y las cloacas se tragan las riadas,
que llueve zumo de mierda y coca-cola en la ciudad.

Que el cemento está celoso,
            aquí los pájaros son casetes en las encinas
            y las mariposas de cartón-piedra,
porque el cemento está celoso
            y mis arterias son carreteras en agosto.

La sombra de mi mano,
dibujando un hondo cielo de orugas
y las escaleras que se sientan en mi espalda
quieren ser colina.
Las farolas
            iluminan lo que las alquitranadas nubes ocultan,
y quieren ser estrellas.
Y la savia bruta de las flores de las rotondas
es la linfa de los tubos de escape,
y nadie las mira.

Que el cemento está celoso,
            aquí los pájaros nacen condenados
            y las caracolas gritan que tienen morriña,
que el cemento está celoso,
y las niñas vomitan asfalto dentro de sus cunas.

La sombra de un gen salvaje,
acecha sobre los tapa calvas de los traumas,
y las camas quisieran ser jergón de paja,
y mi espalda suda espuma de cebada.

Que las miradas que se cruzan,
eyaculan odio en los centros comerciales,
en el bus, las autopistas, la parada de metro,
los cines, bares, calles peatonales,
semáforos, sirenas, aviones, bofetadas,
timbres reales, sonitono, polifónicos,
suspiros, quejidos, gritos, ladridos, maullidos,
el crepitar de las flemas de los ancianos en los parques jurásicos,
un columpio que menea el viento,
toboganes, casetillas, nidos de jeringuillas,
cristales, clavos, botes, fuego,
policía, bomberos, ambulancias negras,
ataúdes último modelo en madera monísima de pino,
nichos, agujeros, neveritas, habitaciones de lujo subterráneas,
amplios zulos con vistas al océano,
castillos de naipes,
flechazos, roces, besos, caricias, amor, acoso, violaciones,
cabezazos, escombros, nudillos, navajas,
botas de punta de acero, mejillas despuntadas,
caraduras, discursillos, hipocresía en los periódicos,
distracción de grupos sociales en las revistas de las peluquerías,
rulos, bigudíes, humo,
chimeneas, insultos, calaveras, cascanueces,
sacacorchos, mascachapas, meapilas, lametumbas,
el cemento está celoso
y mis ideas en huelga.

Silencio.

Soledad en nuestro cuarto con una ventana al mundo.

¿Para qué salir de casa? 

domingo, 9 de marzo de 2014

25. Save Our Selves

Estoy entre el café
y el Rapid Eyes Movement state,
descuartizando los pedacitos del cadáver del día de ayer.
Me encuentro imaginando…
imagine all the people living for today,
imaginando lo que la tinta de bolígrafo esconde en sus entrañas,
imaginando que se desangra en mi cuaderno, agonizando.

Save Our Selves!
gritan mis neuronas naufragas.
Ayer me enamore catorce veces…
de la misma persona,
maté a catorce hadas que hieráticas me miraban,
de catorce tiros en sus nucas…
fin de la paranoia… The End.
Que ya dejé de esnifar polvitos mágicos
y empecé a echarlos por colchones ajenos
para no morirme del asco.

Hoy por la mañana,
solo quiero apretar el Rewind
para demostrarme que
            efectivamente
ayer era más triste, por más ignorante
porque no me hacen feliz los strawberry fields
y quiero seguir sabiendo aunque nothing is real.

Ayer me enamoré catorce veces
de catorce niñas que me amaban,
y cada romance me duró una copa.

Save Our Selves!
escriben en forma de acrónimo,
            a través del telégrafo de mis párpados,
mis neuronas engullidas por la tempestad.

Oh life, it’s bigger…
y tras dos o tres Tic-Tacs
las fui olvidando poco a poco.
            Mi bolígrafo padece una enfermedad terminal.
            Algún día se conocerán los amantes perfectos
            y me parafrasearán los Beatles.