La sombra de mi mano
esculpiendo una pistola de arena
y la sirena del camión de la basura
proyectando un plagio del fuego.
Que el cemento está celoso.
La selva me llama con un grito desgarrado
de las
cuerdas rurales
de la
garganta de su rivera,
y las cloacas se tragan las riadas,
que llueve zumo de mierda y coca-cola en la ciudad.
Que el cemento está celoso,
aquí los
pájaros son casetes en las encinas
y las
mariposas de cartón-piedra,
porque el cemento está celoso
y mis
arterias son carreteras en agosto.
La sombra de mi mano,
dibujando un hondo cielo de orugas
y las escaleras que se sientan en mi espalda
quieren ser colina.
Las farolas
iluminan lo
que las alquitranadas nubes ocultan,
y quieren ser estrellas.
Y la savia bruta de las flores de las rotondas
es la linfa de los tubos de escape,
y nadie las mira.
Que el cemento está celoso,
aquí los
pájaros nacen condenados
y las
caracolas gritan que tienen morriña,
que el cemento está celoso,
y las niñas vomitan asfalto dentro de sus cunas.
La sombra de un gen salvaje,
acecha sobre los tapa calvas de los traumas,
y las camas quisieran ser jergón de paja,
y mi espalda suda espuma de cebada.
Que las miradas que se cruzan,
eyaculan odio en los centros comerciales,
en el bus, las autopistas, la parada de metro,
los cines, bares, calles peatonales,
semáforos, sirenas, aviones, bofetadas,
timbres reales, sonitono, polifónicos,
suspiros, quejidos, gritos, ladridos, maullidos,
el crepitar de las flemas de los ancianos en los parques
jurásicos,
un columpio que menea el viento,
toboganes, casetillas, nidos de jeringuillas,
cristales, clavos, botes, fuego,
policía, bomberos, ambulancias negras,
ataúdes último modelo en madera monísima de pino,
nichos, agujeros, neveritas, habitaciones de lujo
subterráneas,
amplios zulos con vistas al océano,
castillos de naipes,
flechazos, roces, besos, caricias, amor, acoso, violaciones,
cabezazos, escombros, nudillos, navajas,
botas de punta de acero, mejillas despuntadas,
caraduras, discursillos, hipocresía en los periódicos,
distracción de grupos sociales en las revistas de las
peluquerías,
rulos, bigudíes, humo,
chimeneas, insultos, calaveras, cascanueces,
sacacorchos, mascachapas, meapilas, lametumbas,
el cemento está celoso
y mis ideas en huelga.
Silencio.
Soledad en nuestro cuarto con una ventana al mundo.
¿Para qué salir de casa?
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